Si evaluamos la participación de las mujeres en el gremio de la edificación, podemos ver cifras que son desalentadoras y que piden a gritos un impulso para la equidad.
Trabajar en pro de la igualdad de género en el sector de la construcción es imperativo, primero, porque como en cualquier otra profesión, deben existir las mismas oportunidades profesionales para hombres y mujeres sin distinción y, segundo, porque al estar este sector sesgado hacia los hombres, se pierden posibilidades de innovación y nuevas perspectivas.
Datos del Censo Económico 2014, del Centro de Estudios Económicos del Sector de la Construcción, revelan que, en México, la participación de la mujer en esta industria, en todas sus áreas, era del 10.9 por ciento.
En el sector de la construcción queda mucho por hacer y no ha sido fácil, pero es una lucha que no descansa y cuyos cambios serán muy notorios en pocos años. Habrá que trabajar para crear foros de participación de las mujeres, porque también pueden ser líderes de opinión, reconocer la complementación que puede dar en la perspectiva del negocio y generar más oportunidades de crecimiento para las mismas, pero, sobre todo, tenemos que querer participar, hacer, exigir, crecer.