Hoy en día, la fuerza laboral femenina en México está subrepresentada en cargos de alta dirección. De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, apenas el 32 por ciento de los puestos directivos son ocupados por mujeres y tan sólo un 10 por ciento son miembros de la junta directiva de empresas mexicanas.
En el caso de los sectores inmobiliario y de la construcción del país, la participación femenina en cargos de dirección es del 24 por ciento, según una investigación del Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa, en colaboración con GPTW.
Uno de los grandes retos por superar es la carga del trabajo no remunerado. Las mexicanas dedican hasta cuatro horas diarias más que los hombres a labores no gratificadas. Los roles de género y la escasez de políticas de conciliación entre trabajo y vida familiar siguen siendo un obstáculo a vencer.
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