Aparte de la vida diaria, la educación, la alimentación, los deportes, la política y la economía, los espacios laborales entraron en una etapa de reinvención ante el coronavirus.
La región de América Latina, con un extraordinario potencial en ideas, no es ajena al movimiento. En la región, las membresías flexibles de emprendedores, autónomos y freelancers prácticamente se desplomaron a casi cero en el mercado coworking.